Chispas de una mente

Hoy por hoy, somos el último eslabón de la cadena evolutiva.
Cada mañana cogemos el relevo a media humanidad.
Los ríos son los hechos, el mar, la historia.
El tiempo es lo que hace que la vida sea una secuencia y no una explosión de acontecimientos.
El drama del intelectual es que nunca ve terminada su obra.

Disponer de tiempo es un cheque en blanco, de lo que con él se haga depende su valor.
Primero hay que aprender, luego hay que aportar.
El espejo nos permite ver lo único que no podemos ver.
Después de leer un libro, ya no somos los mismos.
La belleza es siempre para los demás.

Lo que para unos mundos parece eterno, para otros es un instante.
Somos partículas de una gran explosión y todo existirá mientras dure el instante de sus efectos.
Si fuéramos como un electrón la Tierra sería un universo, si fuésemos Dios, el universo tendría sentido.
Si pensamos con lo que sabemos, ¿cómo podemos pensar con lo que desconocemos?.
Lo que comemos es para nosotros. Lo que vestimos es para ellos. Lo que hacemos es para todos.

Un bar es el lugar donde se hace algo para no hacer nada.
El aire nos une a todos.
Algo de antinatural hay en el hombre, ya que está creando su propio mundo.
Cuando dejemos de pensar en lo que otros han pensado, avanzaremos en todas direcciones.
En una ciudad todo, absolutamente todo, ha sido manipulado por el hombre.

Somos el resultado de las acciones del pasado, el futuro depende de las correcciones.
La seguridad nace de los aciertos.
Cuanto mayor es el umbral de conocimientos, menor es la información relevante de un libro.
Si vas hacia el norte, todo lo que ves apunta al sur.
El inventor suele fallar en el tiempo, el fabricante suele acertar.

El tiempo hace que lo que antes salió mal, ahora pueda salir bien.
No debes medirte por lo que sabes, sino por lo que haces con lo que sabes.
El mayor problema de cada día marca el umbral del resto.
El primer umbral del conocimiento es el de la ignorancia, el último, el de la verdad, al que todavía nadie ha llegado.