Como cualquier fluido, el tráfico se rige por muchas de sus leyes, sin embargo el dato particular que nos aporta es que nada parece estar en su sitio, esa es la verdadera causa de la circulación. La gente va y viene, todos en sus vehículos, en busca de sus respectivos y provisionales destinos.
En la calle, en la carretera o en la autopista sólo existimos como coche y para el que está al lado. El tiempo pasa y no genera nada positivo, es tiempo perdido, gastado, inservible, inútil y caro.
Estamos en tránsito y en ese estado no somos útiles, no somos nada, somos vehículos, somos recursos latentes en espera de llegar a sus objetivos.
Estar en el coche es estar en la nada. Es el no hacer para poder hacer. Es tiempo vacío. Es tráfico.