El triunfo suele generar soberbia, el fracaso, envidia, mientras que todavía desconozco qué o quién genera humildad.
Ricos y famosos aparecen como triunfadores en nuestra sociedad y en muchos casos, sus gestos, sus expresiones, su comportamiento, se convierten en la representación de la soberbia.
No ocurre lo mismo con el fracaso. No es tan fácil de distinguir. Pero su consecuencia, la envidia, está en todas partes. Todos ocultamos fracasos en nuestras vidas. Intentos de llegar y no alcanzar. Somos envidiosos de los que lo han conseguido, de los que tienen más.
¿Es la humildad la capacidad de fracasar y no envidiar a nadie?.
