Suelo ver unos documentales que me sorprenden por varias razones: en primer lugar porque se modifican viejos automóviles o se construyen nuevos prototipos. Los resultados son formidables en cuanto a diseño, calidades y prestaciones. En segundo lugar me sorprende la avanzada tecnología que utilizan para el diseño, mecanizado y tratamiento. En tercer lugar y tal vez lo que más me fascina es comprobar que el resultado final es la suma del saber hacer de especialistas en distintas disciplinas de pequeñas empresas.
Cada uno es experto en algo y ese algo es su particular obra de arte en el conjunto. Diseño, motores, chásis, tapicería, pintura, ... suma vectorial de talentos y todos coordinados por el más admirado, afamado y generalista que asumirá el éxito o el fracaso del reto.
Ver ese conjunto humano que trabaja en secuencia a lo largo del proceso es como ver un complejo sistema sincronizado que partiendo de una idea construye un bien tangible, único y espectacular.
No es una quimera ver pequeñas empresas que son capaces de funcionar de ese modo y que tienen la capacidad de adaptarse a cada reto con el mejor equipo de otras pymes y de ese modo liderar muchos segmentos innovadores de alto valor añadido.