Aficiones

Por pequeña que sea una habitación, una afición puede convertirla en una ventana a un mundo de imaginación, ilusión y fantasía.

Miniaturizar alta tecnología no solo permite contemplar diseños y su evolución histórica, sino que la propia perfección permite su estudio.

La aviación es una de esas ramas industriales que ha hecho uso de muchas ciencias y cientos de tecnologías dispares para su desarrollo. Aglutina lo mejor del conocimiento humano.

No ser profesional del sector no impide que se pueda participar en ese mundo de alta tecnología.

Una simple maqueta es una réplica a escala de lo que el ingenio humano ha construido. Nada es casual en su diseño y estética. En aviación todo tiene un por qué.

Una pequeña habitación, en un pequeño apartamento, puede convertirse en un museo, en una exposición monográfica de lo que el genio humano ha conseguido. En este caso, maquetas de máquinas concebidas para volar cada vez mejor y más rápido.

Una pequeña sala de estar se engrandece con esas replicas tecnológicas. Pierde ambigüedad y se convierte en un lugar de observación, estudio y admiración.

Diseños, formas, emblemas y colores constituyen ese micromundo de arte tecnológico aeronáutico expuesto en unas simples estanterías que en otro tiempo tal vez soportaron objetos decorativos sin información ni historia.

Esas pequeñas maravillas no se esconden al visitante. Se comparten. Se exhiben. Los hay que descubrirán esos valores, otros no lo sabrán interpretar, pero esa pequeña habitación es la más grande. Recoge lo mejor de una pasión que se ha convertido en arte, ciencia y tecnología.

Formulario de mensajes

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *