Sobran críticos

El mal endémico de la sociedad española es que todos somos críticos y pocos son los autores en todos los sentidos.

Todo se cuestiona, nada se valora y no es justo. Los autores o protagonistas sociales necesitan ser reconocidos, felicitados, valorados y apoyados cuando lo hacen bien.

Desgraciadamente predomina lo malo sobre lo bueno y eso nos sumerge en un ambiente pesimista propenso a ver lo negativo, lo malo y lo feo.

Somos seres "osmóticos", es decir, permeables a lo que oímos y si lo que escuchamos siempre es crítico acabamos siendo iguales.

Hemos de aprovechar esta cualidad para ser más positivos, más alegres, más optimistas, más constructivos y para conseguirlo hemos de estar en un ambiente propicio.

La calle, el bar, los conocidos puede que no sean siempre los medios más adecuados para transmitir esa energía positiva que debe ser la comunicación interpersonal. Tal vez deberíamos acercarnos a otros colectivos más enriquecedores y necesarios para la mente.

El teatro, el cine, la música, el baile, los museos, las conferencias, suelen brindar grandes oportunidades culturales y emotivas para salir de la mediocridad que lo habitual suele aportar y cuya proximidad, facilona y gratuita, nos sumerge en una espiral negativa que no cesa de crecer donde todos son críticos y nadie construye.

Como el aire, las ideas deben absorberse, pero en una sociedad tan contaminada con lo que se dice, conviene utilizar filtros para no ser tan permeables a la vulgaridad, a lo absurdo, a lo fácil, a lo inútil.

No vamos a cambiar ni a dejar de ver las cosas mal si no modificamos nuestros hábitos de nutrición mental. Huyamos de la retórica simplista y pesimista. Forjemos nuestras ideas en el seno de colectivos instructivos, enriquecedores, cultos y optimistas.

No basta con interactuar con los otros, hemos de ser selectivos para que lo bueno y deseable que tienen otros nos influya cada vez más.

Busquemos ideas, emociones e informaciones positivas allí donde las haya y creemos nuestra propia red para aprender y saber vivir mejor.

La ciencia, la tecnología y la propia moda generan expectativas, esperanzas, mejoras, son apasionantes y no dejan de brindar nuevas oportunidades intelectuales y mercantiles. Conocerlas y aprender de ellas es tan fácil como darse una vuelta por cualquier Centro Comercial por su similitud a una Feria de Muestras de la que se puede aprender y cuya entrada es gratuita.

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