Muchas veces la complejidad aparente de ciertos fenómenos nos impide ver cuan simple son algunas cosas, es como si siempre viéramos las ramas de un árbol en lugar de centrarnos en el tronco. En una empresa son múltiples los parámetros, datos e informes que intentan controlarse para la toma de decisiones, incluso han aparecido herramientas para gestionar toda esa ingente cantidad y bases de datos descentralizadas.
Por otro lado, parece que cada especialidad requiera de su propio léxico y sus propias fórmulas. Desde esta perspectiva, todo es divergente.
Pues bien, en física la ecuación fundamental de la dinámica expresa que una fuerza es la resultante de multiplicar una masa por su aceleración. Si intentamos adaptar esa fórmula al mundo de la empresa, nos daremos cuenta de que es perfectamente válida:
F = m * a
Para ello vamos a cambiar el nombre de los términos físicos originales con el permiso de Newton:
F = fuerza de la empresa
m = número de clientes
a = número y/o importe de los pedidos
Admito que es el arte de la simplificación llevada al extremo, pero no por ello es el tronco de cualquier negocio y la forma de no perderse por las ramas, dejo los algoritmos, logaritmos y las integrales para eso.
Por otro lado, parece que cada especialidad requiera de su propio léxico y sus propias fórmulas. Desde esta perspectiva, todo es divergente.
Pues bien, en física la ecuación fundamental de la dinámica expresa que una fuerza es la resultante de multiplicar una masa por su aceleración. Si intentamos adaptar esa fórmula al mundo de la empresa, nos daremos cuenta de que es perfectamente válida:
F = m * a
Para ello vamos a cambiar el nombre de los términos físicos originales con el permiso de Newton:
F = fuerza de la empresa
m = número de clientes
a = número y/o importe de los pedidos
Admito que es el arte de la simplificación llevada al extremo, pero no por ello es el tronco de cualquier negocio y la forma de no perderse por las ramas, dejo los algoritmos, logaritmos y las integrales para eso.