Acabo de repasar los titulares del día en Periodistadigital.com y esos son algunos de los que destaco:
España baja al puesto 16 de la UE
El mejor negocio de España es la cocaína
Poder adquisitivo por los suelos
La prensa del corazón se frota las manos
Gastando dinero público en líneas eróticas
El calvario de 30.000 niños
Peligroso mensaje de Irán a occidente
Con esas notídias caben dos actitudes: la de leer cada uno de los artículos en profundidad para intentar conocer y comprender las causas o consecuencias y la de añadir esos titulares a nuestro cesto mental de generalidades que confirman que el País o el mundo no van bien.
Pero a todos nos pasa por alto que en ambos tipos de lectura las consecuencias emotivas son inmediatas, casi instantáneas, aunque pasan desapercibidas. Tal vez ya no exterioricemos con gestos o expresiones las sensaciones que experimentamos, ni nos sorprendan esos titulares, pero desde luego no mejoran nuestro estado anímico del momento.
Tal vez evoquen en nosotros sentimientos de ira, envidia, codicia, lujuria u otros más complejos y negativos pero ninguno es portador de esperanza y alegría.
Probablemente esa será la única fuente informativa del día para muchos y desde luego nada tiene de positivo y motivador para nuestras abrumadas mentes.
España baja al puesto 16 de la UE
El mejor negocio de España es la cocaína
Poder adquisitivo por los suelos
La prensa del corazón se frota las manos
Gastando dinero público en líneas eróticas
El calvario de 30.000 niños
Peligroso mensaje de Irán a occidente
Con esas notídias caben dos actitudes: la de leer cada uno de los artículos en profundidad para intentar conocer y comprender las causas o consecuencias y la de añadir esos titulares a nuestro cesto mental de generalidades que confirman que el País o el mundo no van bien.
Pero a todos nos pasa por alto que en ambos tipos de lectura las consecuencias emotivas son inmediatas, casi instantáneas, aunque pasan desapercibidas. Tal vez ya no exterioricemos con gestos o expresiones las sensaciones que experimentamos, ni nos sorprendan esos titulares, pero desde luego no mejoran nuestro estado anímico del momento.
Tal vez evoquen en nosotros sentimientos de ira, envidia, codicia, lujuria u otros más complejos y negativos pero ninguno es portador de esperanza y alegría.
Probablemente esa será la única fuente informativa del día para muchos y desde luego nada tiene de positivo y motivador para nuestras abrumadas mentes.