El alfabeto molecular está formado por 116 átomos, el gramatical por 28 letras, el genético por 4 bases nitrogenadas, el musical por 7 notas y probablemente quedan muchos por descubrir. Lo importante es que combinando debidamente cada una de esos signos, sonidos o elementos nace la materia del universo, la vida, la música y la palabra.
En lo pequeño, en lo minúsculo está la grandeza, por eso la ciencia ha focalizado su atención en los átomos (nanotecnología), los genes (biotecnología), los bits (tecnología de la información) y las neuronas (neurociencias). Es la llamada convergencia NBIC de la que habla el artículo "Convergencia NBIC. Desarrollo sostenible y nueva economía", publicado en "El Cultural" de fecha 23/03/06.
Hoy por hoy veo difícil, por no decir imposible, que las combinaciones de las que hablaba al principio puedan llegar a realizarse entre algunos alfabetos distintos, pero probablemente la búsqueda de un alfabeto universal “unificador” revolucionará las bases de la ciencia y tecnología actual.
Grandes y nuevos retos se nos presentan, sobre el papel ya no hay límites, ahora falta el nuevo talento.