La navaja de Occam

El principio de La navaja de Occam hace referencia a un tipo de razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta.

Ese principio es el que me evocaron las palabras de Oliver J. Blanchard, miembro del departamento de economía del Massachussets Institute of Technology (MIT) en la entrevista realizada por Fátima Martín para El Confidencial y publicada el 7/2/07. Esas fueron sus palabras sobre si España podía ser la próxima víctima del Euro:

“Un país como Portugal, o quizás España, se embarcan en un boom de gasto. Todo parece ir bien, pero detrás de este escenario, la presión sobre los salarios conduce a una lenta y continua pérdida de competitividad. Dicha competitividad decreciente conlleva un déficit por cuenta corriente cada vez mayor. Mientras la economía vaya aparentemente bien, a nadie parece importarle esto.

Pero el boom del gasto no dura eternamente. Quizás porque el optimismo desaparece, como en el caso de Portugal, o porque pincha el boom inmobiliario, como quizás ocurra en España. A partir de aquí, la situación se vuelve repentinamente sombría. La competitividad decreciente conduce a una menor demanda extranjera. Mientras tanto, la demanda doméstica ya no está ahí para sostener la capacidad productiva de la economía. Hay entonces una gran tentación de usar la política fiscal para ayudar a estimular las demandas interior y exterior. Pero ésta no es la solución, y no puede durar para siempre. Lo que se necesita es un aumento de competitividad.


Este aumento de la competitividad puede conseguirse bien mediante crecimientos salariales bajos o nominalmente negativos, o bien aumentando la productividad. La segunda vía es claramente más atractiva, pero si supiéramos cómo incrementar la productividad fácilmente, ya lo habríamos hecho. La primera opción es larga y dolorosa, y puede implicar mucho paro en el camino. La mejor vía sería actuar rápido a través de un acuerdo entre los agentes sociales, pero esto requiere una intensa labor negociadora y confianza para un retorno a la salud económica. Espero que si y cuando el momento llegue, España esté preparada”.

Considero fascinante su lectura no sólo por su lógica y claridad conceptual, sino por el talento y conocimientos utilizados para describir un futuro previsible del que la anticipación puede ayudar a minimizar sus consecuencias.