Recientemente asistí a una charla que daba un piloto retirado de A4 "Skyhawk" y destacaría lo que comentó sobre los requisitos para el ingreso a la Fuerza Aérea Israelí: "NADA". Pero en realidad creo que ese "NADA" quiere decir "TODO". Voy a explicarme. No exigir nada y en régimen de disciplina militar supone que al posible candidato le sobra entusiasmo, voluntad, afición, patriotismo. Valores, sentimientos y aptitudes que difícilmente se encuentran en la Universidad. Partiendo de eso, el propio ejército, y con independencia de la clase social a la que se pertenece o de la renta disponible, se encarga de la formación integral de los nuevos pilotos militares.
En otra ocasión me soprendió ver a un piloto de caza norteamericano con gafas graduadas ya que en España se exige una vista de halcón, entre otras cosas, y un médico que hace las revisiones a aviadores de la USAF me comentó que ante la falta de voluntarios se ha ido reduciendo el nivel de exigencia en las revisiones médicas tanto para el acceso al cuerpo como para mantener las licencias de vuelo.
Aunque ambos relatos parecen distintos tienen un punto en común, unos exigían mucho a lo que puede medirse, es decir, titulaciones académicas y facultades extremas, aunque si falla la cantera disminuyen el umbral de corte, los otros, prefieren entusiasmo y buena salud. La verdad es que si he de escoger a un piloto que proteja mi espacio aéreo prefiero al segundo. El valor no se aprende.
Creo en lo innato de la naturaleza humana, sin duda que el conocimiento aprendido hibridará con nuestra forma de ser y nos hará distintos, es de esperar que mejores, pero lo primero siempre marcará la tendencia.