ACTITUD

La suerte y los deseos no vienen solos, hay que ir en su busca.

Es más que probable que si siempre hacemos lo mismo esos golpes de suerte pasarán de largo. Hemos de cambiar para mejorar y ese cambio debe producirse en nuestra actitud, en nuestros conocimientos, en nuestras relaciones personales y profesionales.

Debemos convertirnos en actores y no ser simples espectadores de nuestro entorno y ello solo es posible interactuando con los demás y no para hablar de nuestras penas, sino de nuestras alegrías y de nuestras habilidades intentando hibridarlas con las del amigo o cliente que nos escucha. La consigna debe ser "quién nos conozca saldrá ganando".

Lo que somos y lo que hemos hecho nos ha llevado hasta aquí, es hora de coger el timón y que no sea la casualidad la que lleve el rumbo. Todos tenemos nuestra propia biblioteca mental de conocimientos y experiencias y todas son distintas. Muchas veces, nuestros héroes no son mejores, sino que supieron manejar mejor su contenido conceptual.

Aprendamos actuar con nuestro propio guión. Somos los protagonistas y el mundo es el teatro. No esperemos a que nos llamen por teléfono, llamemos nosotros. Esa es la actitud del actor que escribe su propia obra. Marquemos nuestros objetivos. Vayamos a por quienes queremos. Trabajemos no sólo por el salario o retribución, sino para alcanzar los objetivos que nos proponemos con cada acción.

Reafirmemos nuestras destrezas a través de nuestros logros y aprendamos de nuestros errores. Todas nuestras acciones deben sumar, incluso en el caso de que el resultado no sea el que perseguimos.

Los logros no son sumas de esfuerzos a largo plazo, son el resultado de incorporar lo que día a día aprendemos y de ese modo podemos disfrutar de inmediato de cualquier cambio y mejora que apliquemos.