Osmosis intelectual

Los medios de difusión deben asumir un compromiso con sus lectores, espectadores u oyentes en el sentido de que no sólo deben entretener con vaguedades y bajezas de quienes por fama o dinero se convierten en protagonistas al compartir capítulos de sus inejemplares vidas privadas, también deberían investigar sobre nuevas formas de entretener aportando valor añadido a sus programas y sustituir a los de contenido patológico.

La difusión por ósmosis no sólo se da en los líquidos y gases, algo parecido ocurre con los mensajes y es una pena que el resultado de la actual difusión intelectual sea tan inútil con datos, información o conocimientos estériles y dañinos para un espectador que aporta su tiempo y no recibe nada útil a cambio.

Los convenientes razonamientos acerca de lo que se ve o se escucha se limitan a exteriorizar simples sensaciones o emociones con el uso abusivo de interjecciones: ¡Ah!, ¡Bah!, ¡Guay!, ¡Eh!, ¡Uy!, ¡Oh!, ¡Hala!, ... Esa es la actual y única interacción entre el espectador y algunos programas.

Como espectadores, estamos transformando nuestros tiempos de ocio en tiempos reactivos irreflexivos de la mano de programas y artículos repletos de contenidos inapropiados, vacíos, perjudiciales para unas mentes insaciables pero siempre dispuestas al mínimo esfuerzo.

La difusión intelectual a la que antes me refería está haciendo estragos en la población. Se difunde lo peor de otros como noticia y el resultado es un vacío mental absoluto e inaprovechable y totalmente ineficaz para inducir a la reflexión y a la acción en los tiempos que corren.

Como esperanza de que no todo está perdido y que siguen habiendo mentes brillantes, que dudo hagan sus reflexiones inducidos por este tipo de programas, he seleccionado arbitrariamente dos artículos que merecen ser leídos por su enfoque, por su valentía, por su riqueza, por su aportación, ya que inducen a la reflexión y ese es el tipo de ósmosis que conviene promover:

"Dentro de nada veremos suicidios en la televisión"

"Los Miserables (el mundo en manos de una pandilla de necios)"

Incluyo otro enlace al artículo titulado: "El nivel de inteligencia de la población afecta a la marcha de la economía", ya que a pesar de no tener el rigor de la fuente original sin duda induce a pensar que merecemos lo que tenemos, aunque como demuestran ciertos autores y programas hay esperanza para el cambio.

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