La vida es larga si sabes usarla

Vivimos creyendo que el tiempo se nos escapa, que la vida es breve y que los años se consumen con la rapidez de una llama que se apaga. Pero no es la vida la que corre: somos nosotros quienes la dejamos pasar.

Séneca lo comprendió hace siglos: la vida es larga si sabes usarla. No porque el tiempo se estire, sino porque la conciencia lo ensancha. Cada instante puede contener una eternidad si se vive con atención plena, si el pensamiento no está disperso ni sometido a la prisa.

Usar la vida no significa llenarla de tareas o conquistas, sino darle sentido a lo que se hace y silencio a lo que sobra. En un mundo que mide el valor por la velocidad, vivir con lentitud es una forma de sabiduría.

El tiempo no se posee: se habita.
Y cuando se habita con lucidez, incluso un día basta para sentir que la vida ha sido suficiente.